Ni jnaji, Ni zak’uji* (Nuestra Lengua, nuestra vida)

Nieves Regino Hernández.
Nieves Regino Hernández. Foto: Raquel González

*Mazahua del norte del Estado de México

¿Qué lleva a celebrar el Día Internacional de la Lengua Materna? Por qué la importancia de preservarla? Eso me remonta a un libro que leí en los años Ochentas sobre Ayla una niña de la época de cromañón que perdió a sus padres en un terremoto y fue recogida y criada por una tribu de neandertal novela titulada “El Clan del Oso Cavernario”, de Jean M. Auel.

Como era de esperarse se enfrentan a un abismo evolutivo, la primera que tenía la capacidad de hablar y los segundos que solo se comunicaban con señas y en esta novela nos muestra como fue que se encuentra con los suyos y poco a poco recupera la capacidad de hablar y la posibilidad de dar a conocer que los cromañones no son bestias que tienen una cultura propia.

Esto me señala la importancia de nombrar todo por su nombre, de conocer el lugar de donde venimos y hacia dónde vamos, porque los hermanos y hermanas indígenas saben interpretar sus palabras, interpretar sus sueños, sus conocimientos, su espiritualidad, el submundo que habitan. Solamente eso, representa hablar una lengua, que no es poca cosa, el poder recibir el conocimiento en algo que se llama tradición oral y que al inicio de los tiempos era la única forma de transmitir el conocimiento es de suma importancia.

A 22 años después de instaurarse el Decenio de las lenguas 2022-2032, no deja de ser una cuestión política y de presupuesto este año. El Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (INPI) cuenta con un millón de pesos para su aplicación y preservación, porque lo que impera en este mundo es la globalización, el comercio el dinero, la habilidad de ver qué partido lo maneja a través de sus gobernantes y lo que menos importa es preservar las tradiciones y costumbres que van de la mano de la lengua.

Cuando la lengua es la que nos comunica el conocimiento, la sabiduría para mejorar lo que se vive en comunidad, porque si algo sale mal a través de la tradición oral se puede mejorar.

La diversidad lingüística en el mundo, se encuentra cada vez más amenazada. Cada dos semanas, como promedio, una lengua desaparece, llevándose con su desaparición todo un patrimonio cultural y de conocimiento ancestral.

Actualmente en México se hablan 364 lenguas, reporta el INPI, con sus respectivas variantes. En 2020, el presidente Andrés Manuel López Obrador prometió una universidad de las Lenguas Indígenas Mexicanas y este día de las lenguas se dio a conocer que se construye en la delegación Milpa Alta, en el marco del decenio de las lenguas.

El titular del INPI, Adelfo Regino Montes, informó que en 2022, el presupuesto para su reservación es de 100 millones de pesos y se ayudará a 80,000 niños y niñas que se encuentran en mil 300 casas en donde se les enseñará la lengua del lugar en donde habitan, además que se ayudarán con las radiodifusoras indígenas con las que se cuenta como institución y que transmite en 40 lenguas.

Este proyecto tiene que funcionar, de acuerdo a la consigna de este gobierno, aunque es difícil si ya se está pensando en fusionar el INALI con el INPI, esperemos que esta fusión si se da, le funcione a México a los indígenas que hablan una lengua, que quieren y aman sus tradiciones y que quieren preservarlas, pero que se enfrentan al desempleo, a la pobreza del campo a una política de decretos y buenos deseos y que tienen que emigrar a las grandes ciudades a ganar el pan de cada día.

Texto: Angélica Telles Rojas