ALTEPEXI, PUE.- «Es absolutamente necesario que las mujeres de los pueblos participemos de la política pública, debemos tener representación porque nos afecta y porque permea nuestras vidas. Es nuestro derecho», sostiene Nieves Regino Hernández.
La maestra Nieves, como la conocen en su comunidad, buscó este año un espacio de participación en la política. Fue parte del proceso electoral para ser presidenta municipal de Altepexi (Agua que cae del cerro en Náhuatl).
En este municipio, uno de los 217 que conforman el estado de Puebla, no consiguió ganar la presidencia, sentó precedentes de participación y detectó grandes retos a vencer para construir una verdadera sociedad democrática.
“Las mujeres tenemos que enfrentar el campo de la participación. Tenemos que ocupar los espacios de donde nacen las políticas públicas para ver un cambio a nuestro favor”.
Nieves, una mujer nahua con ganas de pasar del discurso a los hechos, señala que, si bien es importante el empoderamiento de las mujeres indígenas, también lo es “ocupar los espacios, necesitamos acción”.
Queramos o no, agrega, “la política repercute en nuestra vida, nos afecta, por ello debemos estar ahí decidiendo por nosotras, desde nuestra esencia, nuestro contexto y necesidades”.
La también promotora cultural y fundadora del Centro de Enseñanza de Lengua y Cultura, cuenta que para participar en los partidos políticos es necesario que “los líderes de los partidos te llamen”.
Las mujeres indígenas consideran que su ausencia en espacios de toma de decisiones conlleva que no se atiendan sus necesidades reales ni las de sus comunidades.
En México siguen predominando las políticas monoculturales, de tutelaje y asistencia social, sin perspectiva étnica, intercultural ni de género, que no reconocen a las mujeres indígenas como sujetas de derechos, con capacidad de gestión, acción y gobernanza.
Nieves ha sido docente en varias instituciones educativas en el estado de Puebla, ha encabezado movimientos sociales y hasta ha fungido como mediadora en conflictos de su pueblo y otros vecinos.
Esta mujer participativa de la vida de la comunidad, se sorprendió al darse cuenta que los partidos políticos prefieren incluir en sus plantillas a hombres que no han realizado servicios.
La oportunidad que encontró este 2021 fue integrarse a un partido que no era su primera opción, pero era la única puerta abierta. Con una planilla de jóvenes, histórica y austera, conoció cómo durante la campaña electoral se reparte mucho dinero para conseguir votos.
Para la maestra Regino Hernández, “el poder económico sesga la participación. En un panorama así no hay realmente democracia y por eso tenemos resultados nefastos”.
“La negativa, rechazo o desconfianza de los votantes tiene que ver con esto, viene desde el proceso de cómo se postulan, quienes se postulan”.
La representación étnica y de género
Nieves vistió el traje típico de su comunidad y se registró como mujer nahua, indígena, para que en la historia de su pueblo se siga escribiendo la historia de participación de las mujeres.
“El traje nos corresponde a todas, sin importar si eres licenciada, maestra o campesina, ese traje lo portamos todas, las amas de casa y las obreras, y con ese traje se dice que todas tenemos la oportunidad”.
Aunque recibió comentarios negativos por la vestimenta, para Regino Hernández es importante dejar de relegar el traje indígena y llevarlo al espacio público para luchar por la inclusión y la no discriminación.
Luego de perder la contienda electoral, Nieves piensa que el servicio de las mujeres en la comunidad no se aprecia. “Mi comunidad es machista y buena parte de la comunidad aún no concibe que una mujer gobierne. Hay un trabajo de análisis muy grande que hacer”.
Este ejercicio de participación tuvo como objetivo visibilizar la participación de la mujer y de los jóvenes. “Es poder enseñarle a la comunidad que hay otras formas de hacer política”, dice.
Según el Informe Sombra sobre Participación Política de las Mujeres Indígenas (CEDAW 2018), en México las mujeres indígenas siguen sin ser tratadas como sujetas de derecho.
Se les sigue viendo como beneficiarias de proyectos productivos o de asistencia social, y no se han generado mecanismos claros que fortalezcan su derecho a participar en espacios de representación y toma de decisiones.
La violación de los derechos políticos de las mujeres desencadena la vulneración de otros derechos como la salud, el acceso a la justicia y la educación.
Foto y texto: Raquel González