Ciudad de México. – Con la intención de impulsar el reconocimiento y expandir la participación de mujeres afromexicanas al norte de México, la colectiva Mujeres por la Inclusión y las Afrodescendencias en Sinaloa (MIAS), ha comenzado a visibilizar el rostro de la comunidad afrodescendiente en el estado de Sinaloa.
“Para que la lucha contra el racismo sea efectiva necesitamos hablar, hablar cuanto sea posible, acuerpar la palabra en cada espacio e insistir en nuestra identidad”, señalan las mujeres.
En México la lucha por el reconocimiento de las personas afrodescendientes como sujetos políticos, históricos y de derecho, ha sido larga, donde los logros han tenido un impacto en la participación política en lo local, así como en lo nacional. Sin embargo, aún quedan retos como la promoción de una cultura de paz basada en la autoadscripción y los procesos de autorreconocimiento en Estados y en distintos espacios, donde los referentes de la comunidad afro son casi nulos.
En este contexto, un grupo de mujeres han tomado la iniciativa de encaminar proyectos locales que les permita encaminar procesos de formación política para velar por los derechos políticos electorales desde su territorio, además de implementar programas de difusión cultural con el propósito de impulsar el reconocimiento y expandir su participación como juventudes afromexicanas.
En este marco, MIAS se suma a la extensa lista de organizaciones de la sociedad civil que, desde distintos frentes, se comprometen con la lucha por un México antirracista, donde la negritud sea entendida como parte de la historia nacional con derechos humanos como lo establece la constitución mexicana.
Los lugares de enunciación política son diversos, no se sostienen únicamente por una cuestión biologicista o fenotípica, involucran otros elementos relacionados con la forma en que se constituyen relaciones de cohesión social y pertenencias afectivas, como la migración, el trabajo, educación, lucha por el territorio y otros.
Por primera vez en el censo de Población y Viviendo INEGI 2020, se integró a la comunidad afrodescendiente, donde suman un total de 2,576,213 de personasque se autoreconocen como afromexicanas o afrodescendientes; en el estado de Sinaloa existen 42 mil 196, de las cuales 50.1% son hombres y 49.9% mujeres.
Éstos datos no deberían sorprender si supiéramos que, en el siglo XVIII, los mulatos eran el segundo grupo poblacional más grande de Sinaloa, que entre sus principales actividades económicas y productivas eran la agricultura, la ganadería y la minería.
Para 1778, señala el Dr. Rafael Valdés Aguilar, la población mulata en este estado del norte era de aproximadamente 2 mil personas distribuidas en San José Copala, San José de Gracia, Pánuco, Charcas, San Rafael de las Juntas, San Sebastián, Rancho Los Venados, Rancho La Noria, Rancho El Amole, San Francisco Xavier de Cabazán y San Ignacio de Piaxtla.
La incorporación de la población negra en Sinaloa obedeció a intereses económicos y a un proyecto de repoblación impulsado por misiones eclesiásticas. Evidentemente, existe un desconocimiento generalizado sobre las comunidades afros en Sinaloa y al norte de México.
Texto: Ana Hurtado