_Palo Volador es una danza que conserva la identidad y conexión espiritual con las y los ancestros del pueblo Quiché_
Guatemala. – La celebración del solsticio de invierno, es un evento astronómico que marca el día más corto y la noche más larga del año, representando el nacimiento de un ciclo y un nuevo sol. En Santo Tomás Chichicastenango, un pueblo Quiché ubicado al Norte de Guatemala, aún conserva la danza antigua dedicada al sol conocida como “palo volador”.
El Palo Volador, es parte de una identidad, una conexión espiritual con las y los ancestros. Para el pueblo Quiché es “una energía de sostén de la tierra con la comunidad”. Esta danza, es una de las más emblemáticas que se práctica el 21 de diciembre en Chichicastenango, municipio del departamento Quiché ubicado en la zona norte de la Ciudad de Guatemala, antiguamente conocido bajo el nombre de ‘Chuwila’, el cual significa por encima de la ortiga o lugar de las Ortigas.
Debajo del palo esta la música, un oficio antiguo llamado Tzucojom que se refiere al _maestro de la marimba de tecomates_, es quien acompaña durante todo el día a los monos y jaguares que alegres suenan sus chinchines (instrumento parecido a la sonaja), para despertar al sol.
Previo a las celebraciones, durante los días del 18 al 21 de diciembre, se realizan las ceremonias de fuego sagrado conocido como Xukulem para el pueblo Quiché. A inicios del mes de diciembre, en la plaza central, un grupo aproximado de 150 a 400 personas se trasladan al bosque de la comunidad para el corte del árbolde aproximadamente 40 metros.
Antes del corte, se realiza una ceremonia sagrada de permiso, una vez separado el árbol se traslada nuevamente al corazón de la plaza central del municipio para ser colocado.
Durante los días de la danza, los integrantes de esta cofradía se visten de monos y jaguares, suben una escalera de 40 metros para luego descender en círculos, vuelan sujetados de cuerdas que van atadas a sus cinturas y pies.
La danza permite recordar varios fragmentos de los escritos en el Popol Wuj, en especial la historia de los primeros hermanos, Jun Batz y Jun Ch’owen, quienes usaban la faja de su abuela para amarrarse de los árboles y el castigo posterior que los convirtió en monos.
El Palo Volador, se resguarda como parte de la identidad del pueblo Quiché de Chichicastenango, para las familias es parte de la una conexión espiritual con las y los ancestros, como una energía de sostén de la tierra y la comunidad. Y este, es transmitido de generación en generación.
En otros pueblos de Guatemala será posible observar diferentes ceremonias espirituales, fuegos sagrados, ofrendas de incienso y alimentos, pero en el contexto de Chichicastenango es el palo volador uno de los grandes rituales que se realizan.
Además, para las naciones originarias de Guatemala y otras partes del mundo, el solsticio representa el agradecimiento y renovación. También es un momento esencial del tiempo agrícola y los ciclos naturales que marcan el tiempo de siembra, lluvia y cosecha.
Texto: Anny Puac
Fotos: Anny Puac/Yohana González