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_ “No quiero que mi lengua se muera”, dice Vanessa García, hablante de la lengua ayuujk conocido como mixe, de San Juan Guichicovi, Oaxaca
Su lucha es para que no muera la lengua que le heredaron sus abuelos y sus padres, el ayuujk conocido como mixe. Vanessa García Mijangos de 42 años de edad emprendió su camino como promotora lingüista comunitaria cuando ingresó a la licenciatura en educación intercultural; actualmente a través de actividades lúdicas busca el despertar de su lengua en infantes de San Juan Guichicovi, ubicado al norte del Istmo de Tehuantepec, Oaxaca.
Emocionada, comparte que está por graduarse y para ello ha desarrollado libros que le gustaría que se imprimieran en volumen y entregarlos gratuitamente a las niñeces, para que comiencen a revalorizar su lengua, como parte de su identidad.
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“Estudiar la lengua ayuujk, aprenderla, me ha gustado mucho, porque es conocer tu raíz, tu esencia, tu identidad”, dice.
En el 2020, en México había 139,760 personas que hablaban el mixe. El mixe pertenece a la familia mixe-zoque, y sus lenguas más cercanas son el oluteco, el sayulteco y el tapachulteco.
En Guichicovi, el mixe es la lengua más hablada con 19 mil 312 habitantes, luego el Zapoteco por apenas 101 habitantes y el Zoque por 40 personas.
Para la lingüista, revalorizar su lengua madre no ha sido fácil, pues ahora, la comunidad adulta mayor es la que aún la conserva. Los infantes solo son oyentes y otros no entienden nada.
“Cuando llegué a la escuela y vi que la lengua ya estaba casi sin hablarse, pensé en que es importante conservarla, entonces hice un libro llamado Aprendamos Mixe, que es para estudiantes de primer grado de preescolar”, detalla.
Por sus propios medios, ha creado la lotería de la lengua ayuujk, libros lúdicos, rompecabezas, memoramas, resaltando la flora y fauna de su comunidad, así como las palabras más comunes que describen cosas, lugares y espacios.
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“Mi mayor deseo es que la lengua ayuujk sea conocida, reconocida y valorada en infantes, pues hay varias personas mixes (Ayuuk jya’ ay) que sí lo hablan, pero muchos más no”, señaló.
Vestida con su atuendo tradicional, el huipil y el enredo ayuujk, Vanessa insistió que hace falta mucho trabajo. Uno de sus sueños es que los libros que elaboró a mano, puedan imprimirse a gran volumen, pues está dispuesta a compartir sus saberes para que el ayuujk se retomé como la lengua materna de esta zona de Oaxaca.
“Hoy en día, la mayoría de las lenguas son – abuelenguas_, pues ya solo las abuelas y abuelos lo hablan, y eso no queremos, el mayor deseo es que las lenguas vivan junto con nosotros, que se promocionen en todas partes y recordemos que es nuestra identidad”, agregó.
San Juan Guichicovi, se localiza en el Istmo de Tehuantepec, en una región conocida como el bajo mixe. La distancia de la cabecera municipal a la capital de Oaxaca es de 361 kilómetros.
Sobre la forma en que los pueblos mixes se nombran a ellos mismos existe una diversidad en la conformación de los vocablos y palabras de acuerdo a cada región, pero podríamos decir que su autodenominación Ayuujk jää’y, Ayuuk jä’äy, Ayöök jayu o Ayuuk jyay, significa “gente que habla el ayuuk”.
Texto: Diana Manzo
Fotos: Especiales