Por mucho tiempo, a las mujeres indígenas y afrodescendientes se les ha concebido como entes estáticos cuya única labor es resguardar la cultura de los pueblos originarios con el propósito de que no se pierda la identidad de México. Si bien, las mujeres habitantes de pueblos originarios son un pilar esencial para preservar las tradiciones, éste no es el único rol que las identifica.
Las mujeres indígenas han decidido despojarse de ese estereotipo romántico y han optado por convertirse en sujetas activas para posicionarse dentro y fuera de sus comunidades como actoras de cambio, a través de la apropiación de medios de comunicación.
Durante el IV Encuentro de Comunicadoras Indígenas y Afrodescendientes se mostró que la radio, televisión, prensa escrita, el documental, el cine, las nuevas tecnologías de la información y las artes se han convertido en las herramientas o plataformas para cumplir su labor en el proceso de comunicación.
Las participantes coincidieron en que el rescate de la cultura no solo se reduce al folklor de los pueblos originarios, la cosmovisión de éstos va mucho más allá de los que conocemos en la actualidad por lo que el rescate y revitalización de los idiomas, el enfoque de género, el feminismo comunitario, la identidad, los derechos humanos y de los pueblos, la soberanía alimentaria, así como los derechos sexuales y reproductivos son temas eje en las agendas de estas mujeres.
“Es importante resaltar el ser mujer, porque tenemos clara la identidad cultural, el idioma, otras costumbres, pero es necesario decir quiénes somos nosotras”.
En casi todas las culturas del mundo, las mujeres son las portadoras de saberes y conocimientos de la comunidad. Las niñas y niños pasan la mayor parte del tiempo bajo su cuidado ya que son las que comparten la cosmovisión de cada pueblo de generación en generación, por lo tanto, los temas sobre salud y bienestar son muy importantes.
La toma de espacios en los medios de comunicación y la apropiación de una agenda con enfoque de género es necesaria para que las mujeres reivindiquen su lugar, pero esto no se puede hacer desde otro lugar sino es desde ellas mismas y desde su propia cosmovisión. Así, trabajan temas que en la actualidad tienen una connotación de tabú como derechos sexuales y reproductivos, menopausia, crisis de ansiedad, prevención de embarazos, etc., para que “desde el amor y el perdón hacia nosotras mismas, podamos aceptarnos como somos, desde lo que somos” y así, superar esta barrera que desde hace más de 500 años les han impuesto, es decir, la barrera de la victimización.
“Los pueblos indígenas somos pueblos de paz, pero no nos han dejado vivir en paz”.
Ser mujer, indígena, afromexicana y comunicadora puede convertirse en una tarea complicada que implica muchos retos. Las asistentes al Encuentro se han enfrentado no solo a obstáculos fuera de sus comunidades como ataques y amenazas por parte de los gobiernos de sus países. Existen muchos y muchas defensoras del territorio, así como comunicadores y comunicadoras que han sido silenciados por alzar la voz, pero en el Encuentro se asegura que “es importante hablar de eso, aunque duela”.
Las comunicadoras, también encuentran barreras y muros dentro de sus mismas comunidades que les dificultan el pleno desarrollo de sus actividades, pero dentro de los medios de comunicación locales y autónomos, han encontrado el camino para poder hablar de lo que los grandes medios masivos de comunicación, no hablan. Por lo tanto, existen proyectos que dan voz a mujeres que no se les ha garantizado el acceso a la justica y han sido privadas de su libertad; el proyecto ayuda a visibilizar su realidad, les permite hablar desde ellas mismas y les da un espacio que no se les otorga en los medios masivos.
Las mujeres indígenas han alzado la voz han empezado a hablar y exigen ser escuchadas dentro de las asambleas para tomar decisiones que impactan en su comunidad. “el patriarcado nos oprime, las decisiones de la comunidad las toman los hombres, ¿por qué?, las decisiones se deben tomar de forma colectiva, a través del trabajo comunitario. Hay que formar redes porque todas y todos tenemos un compromiso social con nuestra comunidad”.
“No va a morir mi lengua”
Tomar la palabra también implica es el rescate de los idiomas. Todos, o la mayoría de los proyectos, están enfocados al rescate y reivindicación de las lenguas indígenas a través del cine, la radio, la prensa y las nuevas tecnologías de la información como plataformas digitales que fomenten el uso de las mismas y no solo a un nivel local, sino que puedan llegar a los y las migrantes que deciden buscar otras oportunidades fuera de sus comunidades y que, paulatinamente, van perdiendo la costumbre de hablar su idioma nativo.
Los proyectos intergeneracionales son esenciales para esto ya que la relación y el lazo que se forma entre las y los abuelos, las y los jóvenes y las niñas y niños de la comunidad permite reforzar la identidad y eliminar el miedo de hablarla debido a una larga historia de discriminación y racismo en nuestro país.
La diversidad dentro del Encuentro resalta, no solo porque muchas vienen desde comunidades de diferentes estados de México o de diferentes países como Colombia y Bolivia; las mujeres que se identifican como afro-mexicanas están presentes y cuentan con proyectos muy importantes para recordarnos que, en nuestro país, existe una tercera raíz, que siempre ha existido y que tiene mucho que ofrecer para el buen vivir de las comunidades.
Las mujeres afro-mexicanas se preocupan, dentro de sus proyectos, por hacer incidencia, visibilizar a la comunidad afro a través de danzas, documentales, fotografías y reportajes que informen sobre la verdadera historia de la comunidad afrodescendiente en México ya que la historia institucional no sólo ha tergiversado la realidad, sino que ha borrado, en su mayoría, las experiencias de este sector.
Las mujeres indígenas y afrodescendientes que deciden apropiase de los medios de comunicación y volverse locutoras, periodistas, cineastas, fotógrafas, editoras, presentadoras de televisión y hasta talleristas, también deciden resistir. Resisten ante los grandes medios masivos de comunicación, ante su propia comunidad, ante la discriminación y racismo, ante la exclusión, ante estereotipos y roles impuestos y ante la normalización de los ataques y asesinatos de los que son blanco por defender sus derechos, su territorio y su identidad.
“En Colombia, que nos maten se ha convertido en algo tan cotidiano, que esquivar las balas y tratar de encontrar escondites, se ha vuelto un recuerdo normal. Estos recuerdos tienen que cambiar, se tiene que empezar a generar un proceso de resistencia en donde no tengamos que pasar más por esto y generar paz”.
La forma en que estas mujeres deciden resistir para generar paz dentro y fuera de sus comunidades, es al reivindicar su lugar dentro de su comunidad a través de los medios de comunicación.
Lucía Mogel (reportera)