193 millones de personas en 53 países padecen inseguridad alimentaria
Ciudad de México. – La hambruna que se vive en diversos países se potenció por condiciones climáticas extremas, la pandemia y los conflictos bélicos como la Guerra en Ucrania que provocaron el aumento en el precio de las materias primas alimentarias que ya estaban en su punto más alto en los últimos diez años.
Esta es parte de la información que da a conocer el Movimiento Internacional por la Soberanía Alimentaria en su “Declaración del Día Mundial de la Alimentación” con datos del Informe Mundial de Crisis Alimentarias (GRFC) 2022.
En el informe se analiza el contexto global en el que se registra esta crisis alimentaria que incluso según va más allá dicen, de la crisis alimentaria y de combustibles que se vivió en 2008 y aseguran que los choques climáticos se han más que duplicado en comparación con la primera década de ese siglo.
La Declaración apunta que “En los últimos 10 años, alrededor de 1.700 millones de personas se vieron afectadas por desastres relacionados con el clima, de los cuales casi el 90% se convirtió en refugiados climáticos” y tras indicar que, aunque hoy se produce suficiente comida para alimentar a todos en el planeta, “el problema es el acceso y la disponibilidad de alimentos nutritivos”.
Exponen asimismo que cada vez crece más el poder corporativo en los sistemas alimentarios y agrícolas de modo que los alimentos y la tierra están siendo convertidos en “objetos de especulación” y “las empresas transnacionales (ETN) controlan macrodatos, tierras agrícolas, recursos oceánicos, semillas y agroquímicos y se apropian del 80% de los alimentos producidos por los agricultores familiares”.
El Movimiento por la Soberanía Alimentaria que trabaja desde 1990, exige el cese de la especulación alimentaria y la suspensión de la comercialización de productos alimentarios en las bolsas de valores, el cese del control de la OMC sobre el comercio de alimentos y la exclusión de la producción de alimentos de los acuerdos de libre comercio.
Asimismo, proponen la desaparición de la OMC y la creación de un nuevo organismo internacional para llevar a cabo negociaciones transparentes en acuerdos mercantiles entre países exportadores e importadores, piden una moratoria global sobre el pago de la deuda pública por parte de los países más vulnerables y una Reforma Agraria radical para frenar el acaparamiento de agua, semillas y tierra por parte de las corporaciones transnacionales, entre otros planteamientos.
Plantean que se realice un cambio radical hacia la agroecología para producir alimentos saludables para el mundo, que la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Campesinos sea vinculante para la defensa de los pueblos rurales y la regulación del mercado de insumos como créditos, fertilizantes, pesticidas, semillas y combustible para garantizar la capacidad de los campesinos de producir alimentos, pero también para realizar prácticas agrícolas más agroecológicas.
Texto: Guadalupe Ríos López