Las agendas informativas de las comunidades indígenas y afrodescendientes han sido excluidas de los medios tradicionales, aseguró Liliana Vianey Vargas Vázquez, antropóloga y especialista en género y paz.
Por lo anterior, las mujeres comunicadoras indígenas y afrodescendientes en México y Centroamérica deben buscar que su ejercicio periodístico se convierta en un puente de información entre el mundo y sus comunidades, que no sólo difunda lo que ocurre en sus localidades, sino que, sobre todo, se convierta en un canal que oriente a su colectividad sobre lo que pasa en el mundo y la forma en que los afecta.
Así lo explicó Vargas Vázquez a periodistas y comunicadoras asistentes al Taller de Género, Otras Miradas, en el marco del IV Encuentro de Comunicadoras Indígenas y Afrodescendientes “Voces, medios y redes para la paz”, que se realiza en el Centro Cultural España de la Ciudad de México.
Relató los grandes retos que enfrentan las comunicadoras indígenas y afrodescendientes de la región entre los que destacó la falta de fuentes de empleo formales y remuneradas, ya que gran parte del periodismo femenino en estas comunidades se realiza de forma voluntaria y a través de medios electrónicos, toda vez que los medios de comunicación tradicional no han abierto espacios para la difusión de estos temas.
Pese a las condiciones muchas veces adversas, la especialista resaltó la necesidad de fortalecer un periodismo de género con enfoque para la paz, que permita reforzar la identidad cultural al tiempo que exponga la problemática que aqueja a las mujeres en las comunidades. Sin ello, aclaró, dejar de lado los problemas que aquejan a ambos géneros y otras manifestaciones no binarias.
“Es la forma en que las comunicadoras podemos contribuir para la paz”, destacó.
En la plática, la ponente invitó a las periodistas y comunicadoras a abordar los principales problemas que aquejan a sus comunidades, “romper con la normalidad de los problemas y situaciones cotidianas, para poder darles la visibilidad que requiere”, no sólo para que sean conocidos al exterior, sino para que los miembros de sus localidades puedan acceder a la información que les afecta directamente. Ello, dijo, permite dar voz a quienes lo necesitan, en su mismo idioma y con la posibilidad de ser escuchados en su propio contexto.
Finalmente hizo hincapié en que las mujeres, particularmente las comunicadoras, tenemos un papel fundamental en la transformación del entorno hacia escenarios de paz y respeto, “somos las responsables de inyectar paz a nuestras comunidades”.
Carina Galar (reportera)