Chilolos, Guerreros del Sol, entre la conquista religiosa y la conservación de una tradición milenaria

SANTIAGO JUXTLAHUACA, OAX.- Habitantes del Barrio de Santo Domingo, Juxtlahuaca, conservan sus tradiciones con coloridas danzas que recuerdan la conquista de los españoles a los pueblos nativos en la Mixteca, además de su fe a Santiago Apóstol.

“Mi servicio de danzante lo ofrezco con fe y devoción a los santos patronos, porque Santiaguito me ayudó muchísimo en un problema muy grande que tuve. Me comprometí a danzarle año tras año”, dijo Jesús Erasto Chávez Carrasco, del Barrio de Santo Domingo y quien desde lleva cerca de 14 años danzando.

Les llaman “Guerreros de Sol” por sus máscaras rojizas que representan el pueblo; en la cabeza llevan puesto su penacho de colores. La danza prehispánica hace alusión a la conquista de los españoles a los pueblos nativos de la Mixteca, aunque originalmente la danza era parte de la leyenda de un cazador y el jaguar, en la conquista de los españoles lo adaptaron de tal manera que encajara con el catolicismo.

La mayoría de los danzantes son menores de 13 años de edad, lo que ha sido muy favorable para la conservación de la danza, coinciden, los integrantes de la Regiduría de Usos y Costumbres del Barrio de Santo Domingo.

La danza principal que acompaña a los feligreses durante los días de fiesta son los Chilolos con un flautista y el tamborcito, es decir, un niño que toca un tambor pequeño.

“Las costumbres son costosas, pero es una forma de mantenernos unidos, todos trabajamos en equipo”, resaltó la profesora Lorenza Vásquez Ramos, alcaldesa segunda constitucional de la Regiduría de Usos y Costumbres del Barrio de Santo Domingo en Juxtlahuaca.

En la danza de Los Chilolos, los personajes principales son Santiaguito y Pilatos, quienes relatan la conquista religiosa; los españoles se centraron en imponer el catolicismo a los nativos, memoriza uno de los danzantes.

Es la primera vez que participa Anabel Agustín Salazar con dos de sus hijos. Anabel ofreció a sus hijos por tres años de servicio a la Comunidad del Barrio, pero si ellos quisieran danzar por más tiempo, a la madre no le molesta: “Al principio, quería porque son penosos para bailar, pero ahora, los veo muy contentos y motivados, hasta han dicho que continuará bailando por muchos años”.

Fotos y texto: Juana García